La casa de María tiene una espaciosa terraza con una hermosa vista panorámica de Caracas. Siempre le gustó sembrar, pero cuenta, que fue a través de un viaje que hizo a Guacara donde luego de compartir con otras personas del pueblo, adquirió el conocimiento y la sensibilidad que tiene ahora por las plantas y cómo cuidarlas. Los primeros árboles que sembró fueron de aguacate y cambur. Ahora tiene caraota negra, yuca, maíz, ocumo, lechosa, auyama y una enredadera de quinchoncho que se la regaló su vecino, William Díaz. A María le gusta fertilizar sus plantas con desechos orgánicos que ella misma acumula. También es amante de los animales, rescató una perra abandonada por unos vecinos que se fueron del país y tiene varios morrocoyes.