Es una planta epífita, nativa de América central y las Antillas. Tiene de 2 a 6 hojas grandes, carnosas, color verde intenso. Las flores nacen de tallos simples o ramificados, con sépalos casi iguales entre ellos. El fruto es una cápsula. Se propaga por separación y trasplante de los keikis, que son los hijuelos de la orquídea. Prefiere temperaturas cálidas, entre 20 y 24 C °. Requiere lugares luminosos sin exposición directa al sol, y suelos compuestos de turba y cortezas de pino, con buen drenaje. En cuanto a su riego, soporta mejor la sequía que el exceso de agua.

Es una planta ornamental, ideal para la decoración de espacios interiores.