Son nativas de América del Sur, principalmente Ecuador y Perú. Es una planta arbustiva, cultivada en el mundo por sus numerosas y vistosas inflorescencias. Se caracteriza por presentar tallos delgados, muy ramificados y leñosos. Pueden alcanzar más de 1,50 m. de altura en exteriores. Si se cultiva en macetas, no suele sobrepasar el metro de altura. Las hojas son bastante grandes y poseen una coloración verde oscura. La reproducción más efectiva es por esquejes. Esta planta debe ser cultivada en lugares bien iluminados, pero donde el sol no incida directamente por mucho tiempo porque puede quemar las hojas. Se recomienda tierra fértil, ligada con un poco de arena para favorecer el drenaje.
Es una planta de uso ornamental, frecuente en jardines.