Es originario del sureste de Asia. El noni es un árbol pequeño, recubierto de corteza verde brillante. Las hojas son elípticas, grandes, simples, con venas bien marcadas. Florece a lo largo de todo el año, dando lugar a pequeñas flores blancas y múltiples frutos. Produce muchas semillas, dotadas de un saco ligero que favorece su distribución por el aire. Cuando madura, posee un olor penetrante y desagradable. Crece libremente en terrenos bien drenados, tolera la salinidad y las sequías. Se encuentra en estado silvestre en una gran variedad de ambientes, desde bosques semicerrados hasta terrenos volcánicos, costas arenosas y salientes rocosas. Su crecimiento se da en condiciones de temperatura de hasta más de 38ºC, y sin mayor necesidad de cuidados, ya sea bajo sombra o sol. Se propaga por esquejes y semillas.
Las frutas, hojas, flores, tallos, cortezas y raíces del noni se utilizan para curar una larga lista de dolencias. Pero sobre todo es un potente anticancerígeno, y un excelente aliado en la salud intestinal.