Es ampliamente conocido y cultivado en Venezuela. Es un árbol pequeño de 6 m. de altura en promedio. Posee flores grandes, solitarias con pétalos gruesos, de color amarillo o marrón claro. Su fruto es verdoso al exterior, con una serie de espinas cortas y blandas. Internamente, es blanco y carnoso, con semillas entre negras y marrones. Se propaga por semilla y por injerto, principalmente en zonas bajas, calurosas y con suelos húmedos. En La Palomera existen árboles que datan desde antes de la construcción del barrio, así como otras que fueron traídas por los habitantes desde otras partes.
Las semillas se utilizan para el tratamiento de los vómitos. El jugo de guanábana, tomado oralmente, alivia la uretritis y los problemas relativos al hígado. Las hojas cocidas en agua son excelente tratamiento para curar chinches y piojos, y para combatir los trastornos de vesícula biliar, tos, catarro, disentería, fiebre, diarrea e indigestión. Las hojas frescas de esta planta se machacan y se aplican sobre la piel para calmar diversas erupciones. Sus flores son útiles para aliviar los catarros. La corteza de la raíz funciona como un antídoto contra las intoxicaciones.