“Me paro en las Cuatro esquinas
diviso los cuatro vientos
aunque no soy un doctor
conozco el medicamento”
(Copla popular)
I
Cuentan que en los años treinta,
tal vez en patria “gomera”,
se fundó “La Palomera”
y hoy cumple casi noventa
con el título que ostenta....
lustre de gran marquesina
mi mente no se imagina
¿qué mujeres?, ¿cuáles hombres?
para preguntar sus nombres
me paro en “Las cuatro esquinas”
II
Al comienzo de esta historia
fue la gente con la Iglesia,
fueron tantas peripecias,
fue lo que les dió la gloria
¡con razón se vanaglorian!...
En esos primeros tiempos
fabricaron con aliento
casas que gozan de fama:
hoy desde sus platabandas
diviso los cuatro vientos
III
Guido Espinoza se gana,
con Don Trino Manuel Lira
También Doña Marcolina
y la señora Cayetana
laureles que le engalanan.
más otros de gran valor
que me da tanto rubor
por no poderlos nombrar,
que los quisiera clonar
aunque no soy un doctor
IV
Un barrio es una ciudad,
y una ciudad es un barrio
no hay diferencia de horario
la frontera es un demás,
que quisieron inventar
con leyes y fundamentos
pero si te vas al Centro
allí todos coincidimos
para ese mal que vivimos
conozco un medicamento
Igual que sucedió aquí
Este lugar me recuerda
un sitio lejos de aquí,
allí todos se conocen:
el barrio donde nací
donde un pulpero jocoso
y a veces medio gruñón
con chistes y con regaños
vendía queso y papelón
fue fundado por la gente
igual que sucedió aquí
con el sudor de su frente
y reales por conseguir
donde cómplice razón
y anónima providencia
concedieron la indulgencia
de un terreno “en donación”
la escalera pa’bajar
y también para subir
es de reunión el sitio
podio para discutir
Los albañiles del barrio
construyeron la ciudad
fin de semanas la propia
y en otros días lo demás
y hay más gente de valor
que si
y les dan su justo honor.
Gente de mucho valor
quedaron por mencionar
sé que llevan en su pecho
III
Guido Espinoza se gana,
con Don Trino Manuel Lira
También Doña Marcolina
y la señora Cayetana
laureles con que engalanan
y les dan su justo honor.
Gente de mucho valor
aún quedaron por nombrar
sé que llevan en su pecho
aunque yo no soy doctor
Domingo Guzmán, reclama
un digno lugar de honor
y lo digo sin pudor
Maximiliano, Rafael Hernández, Maximiliano García
Rafael Hernández, Domingo Guzmán
Maximiliano García,
Aunque yo no soy doctor
Fue la gente con la iglesia
al comienzo de la historia
de la que se vanaglorian
por las muchas peripecias
se dice de aquellos tiempos
I
Cuentan que en los años treinta,
tal vez en patria “gomera”,
se fundó “La Palomera”,
con ese nombre que ostenta,
una creación no violenta
con Luis Felipe Molina,
la Señora Marcolina,
y otras mujeres y hombres
para conocer sus nombres
me paro en “Las cuatro esquinas”
II
El comienzo de esta historia
fue la gente con la Iglesia,
fueron tantas peripecias
de lo que hoy se vanaglorian
fue lo que les dió la gloria.
de aquellos primeros tiempos
lucharon con tal aliento
trabajaron con tal ciencia
que en esta su noble herencia
diviso los cuatro vientos
Este lugar me recuerda
un sitio lejos de aquí,
allí todos se conocen:
el barrio donde nací
donde un pulpero jocoso
y a veces medio gruñón
con chistes y con regaños
vendía queso y papelón
fue fundado por la gente
igual que sucedió aquí
con el sudor de su frente
y reales por conseguir
donde cómplice razón
y anónima providencia
concedieron la indulgencia
de un terreno “en donación”
la escalera pa’bajar
y también para subir
es de reunión el sitio
podio para discutir
Los albañiles del barrio
construyeron la ciudad
fin de semanas la propia
y en otros días lo demás
para conocer la historia
del barrio La Palomera
para conocer la historia
Vine a recorrer las calles
porque quiero conocer
cómo el hombre y la mujer
historias y sus detalles
Igual que sucedió aquí
Allá viene una morena
trabajaba en el día en la construcción de la ciudad de los otros, y en la noche y los fines de semana
En este antiguo lugar
Donde existió una arboleda
Gente y casa ahora queda
Testimonio singular
Del hombre y su trajinar
por la montaña que era
En este antiguo lugar
Donde existió una arboleda
Gente y casa ahora queda
Testimonio singular
Del hombre y su trajinar
por la montaña que era
Es esta comunidad
resultado del tesón
de gente con cuya acción
y fuerza de voluntad
queda una gran escalera
Y un eterno disipar
No había sino una arboleda,
No se conocía la veda
sembrar
Tierra fértil
Que llaman La Palomera